A los socios fundadores les une la montaña, pero, sobre todo, la amistad. Se conocieron en otro club, del que formaron parte durante años, primero como asistentes a las excursiones, y luego como organizadores de actividades y como parte de la Junta Directiva. Aprendieron mucho y enseñaron todo lo que pudieron a sus compañeros y amigos.

De todas las enseñanzas que les ha aportado la montaña, la que ponen en primer lugar y quieren transmitir, es la de disfrutar de la misma en buena compañía formando nuevos lazos de amistad. Con esta idea, y la de seguir viviendo aventuras en la naturaleza, crearon un nuevo club, al que pusieron de nombre Punta de las Olas en honor al pico de Ordesa donde germinó esta unión.

Los socios fundadores en la cima de Monte Perdido
(de izquierda a derecha: Juan Campos, Irene J. Pinto, Víctor Manglanos y Ángel Domínguez)