Las vías ferratas son itinerarios que discurren por paredes verticales protegidos con un cable o línea de vida, el cual tiene la función de evitar la caída del deportista. Están equipadas con peldaños, pasarelas, puentes, tirolinas, o cualquier otro elemento que el equipador haya decidido utilizar para dotar a la misma de mayor seguridad y facilidad en la progresión que si la misma se realizara mediante escalada tradicional.

Un poco de historia

La utilización de elementos artificiales para la ascensión a cumbres se remonta a 1.492, cuando Antoine de Ville alcanzó la cima del entonces inaccesible Mont Aiguille, en Francia, con la ayuda de escaleras móviles. También en esa época se lograron muchas primeras ascensiones utilizando el alpenstock, una gran vara de madera con un pico en el extremo que ayudaba a superar pasos difíciles. Ya en el siglo XIX tenemos algo más parecido a las vías ferratas actuales, con los equipamientos con cable y cuerdas del Hoher Daschein y de la cresta del Grossglocknet, en Austria.

Pero la que podríamos considerar como la primera vía ferrata propiamente dicha sería la arista oeste de la Marmolada, La Punta di Penià de 3.343 m, en 1.903. Equipada por los clubes alpinos austriaco y alemán, contaba con tramos de cable y clavijas para la progresión.

Sin embargo, las ferratas más conocidas tienen su origen en la Primera Guerra Mundial (1.914-1.918), cuando ante la necesidad de emplazar equipos de artillería y vigilancia en la frontera italo-austriaca, se equiparon para su transporte y la movilidad de los soldados caminos aéreos en paredes verticales de los Dolomitas, dando nombre a las actuales vie ferrate.

A partir de entonces las ferratas comenzaron a tomar un cariz más deportivo, y se empezaron a equipar vías, no como medio de llegar a una cumbre inaccesible, sino por la consecución de la ferrata en sí.

En nuestro país podemos considerar como la primera ferrata las famosas «clavijas de Cotatuero» en el valle de Ordesa, encargadas en 1.881 por los cazadores que buscaban las últimas cabras monteses en el valle de Arazas y necesitaban realizar el trayecto Torla-Gavarnie por la brecha de Roldán en el menor tiempo posible. Después fueron utilizadas durante años por contrabandistas, pastores y montañeros.

Por otro lado, la primera ferrata deportiva de España es la que se ubica en la canal del Palomo, en la Sierra de Guara, equipada en 1.954.

[Fuentes consultadas]
Manual de progresión y conducción en vías ferratas. David Mora.
El Periódico de Aragón. Edición digital, 07/05/2011